La hospitalidad es un concepto atemporal, profundamente arraigado en nuestras emociones ancestrales, que trasciende culturas y generaciones. Surgió dentro de las tribus, donde el acto de dar la bienvenida y hospedar estaba integrado en el tejido de la vida comunitaria.

La colaboración entre diferentes disciplinas permite obtener una visión más completa y profunda de un tema determinado. En spAce, seguimos ampliando reflexiones sobre neurociencia, bienestar y hospitalidad, vinculadas a nuestro núcleo, la arquitectura.

Hay muchas razones por las que las oficinas son espacios que ameritan análisis profundos, no solo por el rol tan relevante que ejercen en la humanidad y en el sentido de trascendencia de las personas, o por el impacto

En la industria de la hospitalidad ha ocurrido un cambio en el enfoque hacia las necesidades individuales y el bienestar personalizado, lo que ha llevado al desarrollo de una perspectiva emocional.

Las emociones positivas mejoran la salud y el bienestar, amplían las mentalidades, promueven la creatividad y permiten la construcción de recursos intelectuales, sociales y psicológicos a largo plazo.

Estamos experimentando nuevas formas de trabajar y vivir juntos como seres humanos que, a pesar de crecer individualmente, anhelamos conectarnos entre sí a través del espacio físico y digital.

Cada vez más se habla de la neuroarquitectura, ¿pero de qué se trata y por qué debería tenerse en cuenta? La neuroarquitectura, término que deriva de combinar el campo de la neurociencia con el campo de la arquitectura, es la disciplina que estudia el diseño de espacios eficientes mediante el análisis de la relación entre la salud humana y el entorno construido con la ayuda de la neurociencia.

Actualmente la situación que vivimos es única. Aunque con muchos matices, existe la certeza de que el entorno, la sociedad, las organizaciones y los individuos han cambiado. Nada será igual. Nada será como antes.

Hace casi 2 décadas se acuñó un término en Estados Unidos llamado alternative offices. Eran los inicios de cuestionamientos que después se convertirían en una revolución de las formas de trabajo y por consecuencia, de los entornos de trabajo.

El gran cambio hacia el trabajo en el domicilio causado por el COVID-19 ha llevado a muchos a preguntarse si las oficinas tienen futuro.